Artículo publicado en la revista ACTUM en Noviembre de 2004.

FESTIVAL DE JAZZ DE ZARAGOZA 2004

Entre el 10 y el 29 de Noviembre del 2004, tuvo lugar en nuestra ciudad una nueva edición del Festival Internacional de Jazz de Zaragoza. Antes de hablar de ella y, dado que nuestra revista vio la luz en Diciembre del 2003, me gustaría hacer referencia a algunos de los artistas que pasaron por este festival internacional en ediciones anteriores. Aunque parezca mentira, allá por 1995, tuvimos el gran honor de gozar de la compañía de Betty Carter, maravillosa vocalista que nos dejó huérfanos de su impresionante voz un 28 de Septiembre (tres años más tarde). En ese 1998 en el que Betty Be-Bop se marchó, pudimos disfrutar (recuperando, con acierto, la sala Mozart) de la imponente Lincoln Center Jazz Orchestra comandada por Winton Marsalis y, del también tristemente desaparecido, Michel Petrucciani que, fundiéndose con el Steinway, supo extraer del enorme piano un sonido tan potente, brillante y hermoso, que arrancó (como no podía ser menos) los mayores aplausos, respeto y admiración hacia su persona y su arte.

  Un año después nos visitaron figuras de la talla de Herbie Hancock, Joshua Redman, Brandford Marsalis y Diana Krall (que brilló con todo su esplendor en el incomparable marco de la sala Mozart). Creo que sobran los comentarios respecto al nivel y la calidad artística de aquel festival.

  En el 2000 nos inundó el encanto latino de Eliane Elías, Bebo Valdés y Paquito D´Rivera.

 Del 2001 al 2003 y, quedando ya al margen de las actuaciones la sala Mozart, se observa un bajón evidente en el renombre de las figuras intervinientes en el festival, destacando, sin tener que hacer grandes alardes y por encima de la media a : Joshua Redman, Mayte Martín y Chano Domínguez (2001); Chucho Valdés y Jane Monheit (2002); y la Danish Radio Big Band (acompañada del veterano Toots Thielemans), The Chick Corea New Quartet y Sheila Jordan & Steve Kuhn Trio en el 2003. Ese mismo año, sólo Youssou N´Dour pudo deleitar a los aficionados en la sala estrella del auditorio con una actuación más que discreta (fuera de abono y al nada deleznable precio de 20 euros per cápita), cuando artistas de la talla de la estadounidense Sheila Jordan, o el magnífico conjunto de la Big Band danesa acompañado de la mágica armónica de Thielemans, hubieran merecido lucir todas sus habilidades artísticas arropados por la magnífica acústica de la Mozart.

  Centrémonos ahora en el reciente festival del 2004 (que tuvo su réplica, una vez más, con interesantes actuaciones paralelas en “Jazz en la margen izquierda”). A priori, el cartel de este año incluía “espadas” jazzísticos que prometían inolvidables veladas al aficionado: Whayne Shorter, Jack de Johnette, Sonny Fortune o Ron Carter. La realidad volvió a ser tozuda confirmando, una vez más, que la acústica de la sala Multiusos (aderezada con ruidos de vasos, sillas, gente hablando, etc.) no es la más adecuada para algunas de las actuaciones que se vienen realizando en este Festival Internacional de Jazz. Por otra parte, muchos aficionados empiezan a acusar cansancio ante las actuaciones frías y excesivamente academicistas de algunos músicos que, sin nada que objetar acerca de su nivel técnico de preparación, obsequian al respetable con composiciones que incluyen variaciones y/o improvisaciones difíciles de asimilar hasta para personas con sólida formación musical, y que resultan soporíferas para aficionados de a pie y, ya no digamos, para personas que se acercan al Jazz por vez primera esperando disfrutar de la actuación, y que no salen de la misma con una especial disposición para repetir la experiencia. Afortunadamente, formaciones como las de Jaime Marques, el pianista Chano Domínguez o la magnífica big band de “The Dizzy Gillespie Allumni”, saben dedicar un poco de calidez a un público variado y heterogéneo al que, a veces, un estándar bien trabajado y con entrega, le basta para entrar en un estado de ánimo que le permite enfrentarse luego a una pieza de más compleja audición y digestión.

Gonzalo-Javier Gonzalvo