miércoles, 11 de diciembre de 2013

Relato "Celuloide: el enfermo no imaginario"

Relato corto : "Celuloide: el enfermo no imaginario".
Presentado a un concurso de relato corto en febrero de 2006.




CELULOIDE: EL ENFERMO NO IMAGINARIO.



Como de una célula al mono, y del simio al hombre, evolucionaste como cualquier otro ser vivo. Fuiste, en origen, sombra chinesca y linterna mágica; más tarde, Diorama y teatro óptico. De una parte de ti nació la fotografía y tú te encarnaste en cámara y proyector. Cinematógrafo te llamaron, a finales del diecinueve, unos franceses que asombraron al mundo con tus imágenes. Méliès te llevó a la luna, pero nada comparable con tu hazaña. Tú nos has mostrado increíbles paisajes, nos has presentado a las más bellas y hasta nos has conducido a otros mundos. Has llenado nuestra vida y, cada día, con tu saber acumulado de viejo druida, nos sigues enseñando a vivir. Pero, ¿por cuánto tiempo? 
  Los cines, cuyas pantallas te alumbran cual artística vagina creadora, están muriendo. Sus corazones, proyectores que, con sus latidos, bombean imágenes y música que pasan a formar parte de nuestros sueños, están fallando. Sus butacas, miles de ojos multicolor, vierten lágrimas de tristeza con cada fundido en blanco final de marchitas pantallas.

   Estás enfermo, celuloide, pero no quiero que mueras. Eres mi compañero vital, mi amigo, mi consejero. Te quiero con un amor puro y desinteresado, porque tú me lo has dado todo. El siglo veinte te traicionó en su agonía y el veintiuno, todavía un niño, te apuñala como a César. Tu sangre es la sangre del arte, de la cultura y de la civilización. Y su pérdida también seca nuestras venas.    


No hay comentarios:

Publicar un comentario