lunes, 30 de diciembre de 2013

Cuentos Erótico-Gastronómicos (extractos). Disponibles para publicar.


Extractos del libro de Cuentos Erótico-Gastronómicos. (5 relatos).
Disponibles para editorial interesada en publicarlos.



Algunos de ellos premiados y/o seleccionados en certámenes convocados en prensa y radio, entre ellos el Concurso Nacional de Relatos Cortos sobre gastronomía y erotismo convocado por la Universidad de Zaragoza durante (relatos presentados durante los años 2002 a 2005) (Vicerrectorado de Proyección Social y Cultural y Relaciones Institucionales).

Relatos para leer con una sola mano...o sin ellas...



EXTRAÑOS EN UN TREN



"...El rechinar de suelas de zapato, ruedas de maletas y conversaciones con aroma a despedida de un enjambre de teléfonos móviles se mezclaban en un murmullo ininteligible. Coche diecisiete, dieciocho… coche diecinueve.... Ese era..."




EL BAZAR DE LOS MIL Y UN PLACERES



"...Con sus huesudos nudillos, el hombre golpeó la puerta con firmeza tres veces. A los pocos segundos, ésta se abrió ante Gloria. Desde dentro, una hermosa mujer con el rostro semicubierto, les invitó a franquear la entrada. El corazón de Gloria latía con fuerza pero sus pies no vacilaron. Una vez dentro, tras cerrar con una enorme llave, la mujer musulmana les convidó a seguirla con un amable gesto. Gloria se sintió dominada de inmediato por una extraña atracción hacia ese lugar..."



EL COCINERO SIEMPRE AMA DOS VECES (Relato premiado I Concurso Internacional de Relatos Bodegas Victoria. Tema: gastronomía y erotismo.)













"...Cuando llegó mi turno, me lo acerqué a la nariz y lo olfateé preguntándome qué fragancia tendría el cuello de Sandra, cómo sería el perfume acomodado en sus pechos y cuál la esencia natural de sus muslos. Todos catamos el tinto y brindamos con finas copas bordelesas. El vino me dio el valor suficiente para unir mi cristal con el suyo mientras le ofrecía mi mejor sonrisa y la retaba con la mirada..."



EL EXPERIMENTO ATLANTIS.





 ...La retorcida mente de este científico alcanzaba una cota de placer máximo al imaginar, no solamente el goce sensitivo que los tripulantes sentirían al degustar sus excelsas creaciones culinarias, sino el ignoto nivel de placer sexual que se derivaría del ágape y que, sumado a la satisfacción gastronómica de los sentidos, podría llevarles a confluir en el paroxismo más absoluto...


COCÍNAME.


...en el interior de aquella caverna humeda y cálida mi sexo era como un tierno panecillo que ella y sólo ella sabía hornear como nadie. Sus músculos amasaban esa turgente y masculina prominencia con una insaciable maestría...”









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