jueves, 5 de diciembre de 2013

Artículo sobre Festival de Jazz de Zaragoza en revista "Actum" (2005).













JAZZ ZARAGOZA 2005 SE CONSOLIDA

Durante la segunda quincena de Noviembre tuvo lugar en nuestra ciudad una nueva edición del Festival Internacional de Jazz que cada año (y ya son más de diez) acude puntualmente a la cita que tiene con los buenos aficionados. En esta ocasión, desfilaron por la sala multiusos del Auditorio una variedad de intérpretes con muy diferentes estilos: Simone Kopmajer, Ramón Valle, Stacey Kent, Rudy Vistel, Brad Mehldau, Pedro Iturralde, Glenn Miller Tribute, y otros más que, durante diez días, llenaron de Jazz el corazón musical de nuestra ciudad.
Con dos discos ya en su haber, Simone Kopmajer es una muy joven vocalista de Jazz de origen austriaco que seguro va a dar bastante que hablar en un futuro próximo. Criada en el seno de una familia de músicos, empezó a cantar y a ganar concursos de talentos con tan sólo doce años. En el 2003 graba su primer CD en Nueva York tras haber trabajado con artistas de la talla de Sheila Jordan o Michele Hendricks. Su sólida formación musical unida a su capacidad para la improvisación y la asunción de retos no deja indiferente a quien la escucha. Habrá que seguirla muy de cerca.
  Stacey Kent fue otra vocalista que, con una mayor trayectoria y fama mundial, tuvimos ocasión de disfrutar este año en el festival. Se dio a conocer en 1997 con “Close your eyes”, un trabajo lleno de frescura, gracia y optimismo. Su siguiente grabación (”Love is the tender trap”, con 4 estrellas en la Penguin Guide) fue considerado disco revelación de Jazz Vocal por parte de la mayoría de revistas especializadas. Ya en el 2001, “Dreamsville” fue catalogado como uno de los mejores discos de baladas de los últimos años. Aunque, por supuesto, su arte no es comparable con el de algunas míticas vocalistas de la historia del jazz como Billie Holiday, Ella Fitzgerald o Sarah Vaughan ( todas ellas voces negras con una contundencia y expresividad vocal diferente a la de voces blancas como las de Julie London o Peggy Lee), la Kent tiene una habilidad especial para transmitir la garra y la alegría del “swing” con un estilo personal y cálido, y su presencia en el festival Jazz Zaragoza debería haber sido más valorada por algunos medios.
Ramón Valle, pianista cubano de jazz, sorprendió y cautivó a los presentes con su capacidad de expresión musical, transmitiendo con igual brillantez la suavidad, la melancolía y la fuerza de sus composiciones. Con absoluto control, extrajo del piano una sucesión de notas que consiguieron envolvernos y transportarnos.
Chick Corea repitió este año sin acierto. El mal sonido, unido a una actuación con poca carne en el asador por parte de Corea, dieron como resultado una noche de jazz para olvidar. El grupo que le acompañaba (Touchstone), formado por el saxofonista y flautista Jorge Pardo, el bajista Carles Benavent, Tom Brechtlein a la batería y Rubem Dantas a la percusión (grandes músicos con los que Corea ya había trabajado en 1982 en un álbum de igual nombre), no brillaron como esperábamos todos debido a un sonido débil, lo que provocó una carencia de “duende” en la interpretación (mitigada, en parte, por la aparición en escena de la bailaora Auxi Fernández). Corea, músico carismático y amigo de la fiesta, se dedicó prácticamente a jalear las intervenciones de sus compañeros y acompañarlos con una pandereta, mientras todo era un ir y venir de intervenciones individuales.
  Y qué se puede decir a estas alturas de Pedro Iturralde. Saxofonista ya a la temprana edad de nueve años, este catedrático del Real Conservatorio Superior de Madrid ha tocado con músicos de la talla de Tete Montoliu, Hampton Hawes o Paco de Lucía, y compartido cartel con figuras como Lee Konitz o Gerry Mulligan. Su dominio del saxo y el clarinete (e incluso del piano y la guitarra) lo definen como un músico completo. Variadas influencias culturales se reflejaron en sus “Etnofonías”, obsequiando al público con interpretaciones llenas de calidez, brillantez y creatividad. Su buen hacer musical, con el que nos deleitó en Zaragoza, es definido por él mismo como “un viaje por el mundo a través de la música” en una especie de peregrinaje musical que él comienza en Grecia (a través de la clásica “Suite Helénica”) y pasa después por Francia (rememorando a Edith Piaff con el “Himne a l´amour” y unas pinceladas de “La vie en rose”). Ya en España, se detiene musicalmente en Andalucía homenajeando a García Lorca, a Turina, al maestro Rodrigo y a la copla, para después aterrizar en Argentina recreando la “Milonga del ángel” de Piazzola (transformando su saxo soprano en un cálido bandoneón). No faltaron temas clásicos en una actuación en la que estuvo perfectamente acompañado en todo momento por Mariano Díaz (piano), Carlos Carli (batería) y Miguel-Ángel Chastang (contrabajo). Al final, breve homenaje (con entrega de regalo incluido) y el público, puesto en pie, aplaudiendo. No se pudo marchar sin despedirse con el inolvidable “Les feuilles mortes” (todo un clásico de este gran músico), tema con el que cerró una noche especial.
  Brad Mehldau, acompañado del contrabajista Larry Grenadier y el batería Jeff Ballard (con los que ha tocado y grabado en vivo en el mítico Village Vanguard de Nueva York), aportaron prestigio y calidad al festival con una actuación de primer nivel. Con un estilo inclasificable en el que él mismo reconoce influencias, tanto de la música clásica (Brahms, Beethoven o Schubert) como del jazz (Bill Evans, Oscar Peterson o Mc Coy Tyner), Mehldau dio una lección de Jazz. Su formación y virtuosismo le permiten diseccionar, mezclar y volver a unir melodías y esquemas armónicos, extrayendo el máximo partido de cada composición. Presentó su nuevo disco (“Day is Done”) y demostró, sin concesiones ni aspavientos, el gusto por la melodía ( que juega a esconderse y reaparecer puntualmente pasando de su diestra a su mano izquierda) y por los pasajes con enorme carga emocional, así como por los ritmos incisivos y trepidantes. En su cóctel musical aparecen reinterpretaciones, tanto del repertorio de míticos grupos como “The Beattles”o “Radiohead”, como del músico Paul Simon. Mehldau se reveló como uno de los pianistas más brillantes del actual panorama del jazz.
  A la espera de ver que nos ofrecerá el festival, ya plenamente consolidado, el recién estrenado año 2006, estaremos atentos y expectantes ante la llegada de nuevos artistas del universo del Jazz que seguro nos proporcionarán esos momentos mágicos que tanto esperan los aficionados a esta corriente musical.



Gonzalo-Javier Gonzalvo

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