miércoles, 11 de diciembre de 2013

"Los vinos de alta expresión" Artículo publicado revista "Actum"

Artículo: "Los vinos de alta expresión".

Publicado en la sección de gastronomía de revista cultural  "Actum".
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LOS VINOS DE ALTA EXPRESIÓN

Fueron los profesionales de la D.O. Rioja los primeros en crear y evaluar este término para definir a unos nuevos vinos que no se ajustaban al modelo clásico que seguía esta D.O. , no sólo por no encajar de forma estricta como crianzas o reservas, sino también por sus diferentes características organolépticas (color, aroma y sabor).
Pero: ¿ Como son estos vinos de “alta expresión”?
Primero, se seleccionan uvas de entre las mejores añadas que procedan de cepas con cierta edad (normalmente más de 30 años). El fruto es mimado en extremo, se realiza la vendimia manualmente evitando aquellas prácticas enológicas que puedan empañar las características propias de esa uva. Después llega el largo periodo de vinificación y la estancia en barrica (que varía dependiendo del gusto del elaborador), aunque muchos se decantan por obtener un toque de roble nuevo que se logra con una estancia en barrica de 6 a 8 meses. El vino, finalmente, se redondeará en botella para intentar obtener un caldo que destaque al máximo, tanto en nariz como al paladar, y pueda convertirse en punta de lanza de esa denominación por su estilo innovador.
¿Qué tipo de vino se pretende obtener?
Además de la finalidad (anteriormente apuntada) de conseguir un buque insignia dentro de lo que sería la “armada vinícola” de una determinada bodega, para aumentar su cuota de penetración en el mercado, el enólogo y su equipo intentan crear un vino de gran estructura que:
  1. Exprese al máximo la carga frutal de la uva o uvas utilizadas.
  2. Exprese igualmente, con la mayor nitidez posible, el carácter varietal (sobre todo si es un monovarietal) de la cepa o cepas de las que se ha obtenido el vino.
  3. Que comunique también al máximo el toque particular que la tierra (el “terroir” o terruño como lo llaman los franceses), con sus diferentes tipos de suelo (de grava, pizarroso, arenoso, arcilloso o volcánico) proporciona.
  4. Que todo ello, fundido y redondeado por el toque de la madera y el broche final del reposo en la botella, termine de conformar un vino que destaque al máximo en color, aroma y sabor.
Partidarios y detractores.
Como ya dije en mi introducción, la D.O. Calificada Rioja fue la primera en agrupar estos vinos de nueva elaboración con el término de “vinos de alta expresión”. A partir de entonces no han faltado tanto defensores como críticos o escépticos que, entre todos, han creado un debate de rango internacional. Mientras unos siguen siendo partidarios del estilo más tradicional, de vinos elegantes gestados a partir de un solo viñedo (generalmente de vides viejas ), tallados durante largo tiempo por su reposo en barricas y botella; otros muchos se entusiasman con estos vinos oscuros, de color picota, con intenso aroma a fruta madura (compota, pasas, ciruelas) y especias (canela, vainilla, clavo) y rotundo sabor (alta concentración de taninos). Vinos corpulentos pero, por qué negarlo, no por ello en ocasiones menos complejos que un reserva trabajado de una D.O. calificada.
Una reflexión.
Si la D. O. Rioja, que fueron pioneros en hacer vinos de calidad (y, ya en los años setenta, dieron una vuelta de tuerca introduciendo el concepto de “bodega château” en España) y que siempre se han mantenido a la vanguardia de la innovación vitivinícola, han sido los primeros en acuñar este concepto para estos nuevos vinos, es posible que se hayan equivocado pero no probable, porque su larga experiencia, conocimiento de la viticultura y evolución paralela a los gustos del consumidor (sin olvidar sus tradiciones centenarias) son valores de gran peso a la hora de tomar una decisión como esta.
No obstante, ustedes, los consumidores y aficionados al vino y a la gastronomía son quienes tienen siempre la última palabra. A este respecto, prueben, atrévanse
con un “Corullón” o un “Pétalos del Bierzo” (D.O. Bierzo), un “Pulchrum Crespiello” o “Longus” de D. O. Cariñena; un “Meler” o un “Secastilla”(D.O. Somontano), o un “Novellum Rejadorada” de D.O. Toro (todos ellos tintos elaborados por bodegas jóvenes), y degusten y compárenlos con unos reservas clásicos de la D. O. Rioja de bodegas centenarias como Monte Real, Marqués de Riscal, CVNE (Cune) o Murrieta. Después, analicen sus sensaciones y recuerden: el mejor vino es, siempre, el que más le gusta a uno mismo. Salud.


GONZALO-JAVIER GONZALVO.

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